La casa de Katmandu

Un ´museo espectáculo´ lleno de magia y aventura

M.Efectos especiales, trucos interactivos, juegos de luces y exposición de artefactos pintorescos, en el marco de una historia intrigante protagonizada por un duro aventurero, una bella sirena princesa y un hombre de las nieves que ejerce de malvado. Son los elementos que podrán encontrar las personas que visiten The House of Katmandu (La Casa de Katmandú)

Este proyecto, que se creó con un presupuesto de 20 millones de euros significa "un nuevo concepto del entretenimiento, que pretende animar la temporada turística en invierno".

Una de sus principales bazas es el edificio de estilo tibetano que alberga las distintas atracciones. Según explica el equipo de arquitectos que lo ha diseñado, se trata de una construcción de 1.600 metros cuadrados que está invertida. El hecho de que esté al revés, señalan, requiere una "gran complejidad técnica" a la hora de construirlo, porque, además, tiene una ligera inclinación.

Dentro de la atracción, hay ocho estancias temáticas, con nombres tan sugerentes como El taller de las maravillas, La biblioteca de las ilusiones o La Cueva de los Escalofríos. El visitante podrá recorrer así un itinerario interactivo, con ilusiones ópticas, espectáculos diversos y muestras de cientos de objetos de coleccionista. Entre éstos últimos se incluyen, por ejemplo, réplicas en pequeña escala de los Barcos Imperiales de Nemi, que pertenecieron a la flota del emperador romano Calígula.

El hilo conductor de la visita será la historia de un personaje de ficción, Kilgore Goode, propietario de The House of Katmandu y que responde al prototipo de apuesto aventurero, muy al estilo Indiana Jones. Su odisea empieza con la búsqueda de una legendaria joya. En el camino, se encontrará con una princesa sirena y deberá hacer frente a un jeti, la enigmática bestia del Himalaya, que pone el punto inquietante en toda esta historia. No hay otra igual en el mundo", afirmó el director Bruce Carter
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